Uso de la Inteligencia Artificial en Medicina
La inteligencia artificial es un campo de la ciencia de la computación cuyo objeto es el desarrollo de sistemas en ordenador que muestren comportamiento "inteligente". Este campo de la ciencia debe gran parte de su actual desarrollo a los resultados obtenidos en el proceso de cierto tipo de problemas médicos: el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades. A mediados de los setenta, se obtuvo la evidencia de eficacia y acierto en este campo; a partir de estas fechas, las comunidades científicas de la medicina y de la ciencia de la computación vieron crecer su interés hacia este campo científico emergente.
La importancia
de la medicina en las
aplicaciones de la inteligencia artificial ha sido
realmente notable, hasta el extremo de que esas aplicaciones tienen nombre
propio: AIM, acránimo de Artificial Intelligence in Medicine que, desde hace 15
años, ha evolucionado como una activa y creciente disciplina.
Aunque las primeras aplicaciones de la AIM han sido sobre
todo el diagnóstico y el tratamiento, han emergido con mayor fuerza otras
aplicaciones de la
inteligencia artificial en el
sector médico y farmacéutico: administración óptima de recursos,
planificación de personal, previsión de necesidades, ayuda a los análisis de
química orgánica y gestión de la
información científica, que en
o casiones han
aportado más rentabilidad que
los problemas de diagnóstico
mencionados2.
En el campo del diagnóstico y tratamiento, la inteligencia
artificial cuenta con importantes realizaciones: MYCIN 1976, en Stanford,
sobre enfermedades infecciosas3; CASNET 1979,
en Rutgers, sobre
oftalmología 4,5; INTERNIST 1980,
en Pitsburg, sobre medicina interna6; PIP 1971, en MIT, sobre afecciones
renales; Al/RHEUM 1983, en la Universidad de Missouri, sobre el diagnóstico en
reumatología, SPE 1983; Rutgers, para interpretar los resultados de
electroforesis de las proteínas
del suero producidas por instrumentos
de análisis; TIA 1984, en la
Universidad de Maryland, sobre terapia de ataques isquémicos.
Para conseguir este
comportamiento inteligente se
dispone de d istintas herramientas;
una de ellas es la mecanización del razonamiento,
encadenando afirmaciones o silogismos; este concepto de racionalidad mecánica,
que es el origen de los llamados sistemas expertos, es realmente muy anterior a
la llegada de los ordenadores. En su historia encontramos el concepto de racionalidad
sistemática de Descartes en el "Discurso del método" de 1637 y el
raciocinio como cálculo simbólico en Hobbes, en 1651, aunque hasta la aparición
de los ordenadores no se materializan estas ideas.
La medicina es
otro de los
campos en los que también se están empleando técnicas de
IA. Científicos del Instituto de
Investigación en el Genoma Humano estadounidense y de la Universidad de Lund,
en Suecia, han desarrollado una
técnica que aplica IA a unos chips que empiezan a usarse para análisis genético
de muestra, los denominados "biochips", y que les permite distinguir
con rapidez entre varios tipos de cáncer. Por otra parte, diversos equipos de científicos
están tratando de crear sistemas contra la gran
cantidad de enfermedades
geriátricas que ocasionan pérdida de la memoria. Los sistemas de cognición
asistida combinan software de IA, tecnología GPS, redes de sensores y placas
identificativas infrarrojas que acompaña al paciente a todos los lugares.
"Con los sistemas de cognición asistida, los ancianos podrán permanecer en
su hogar más tiempo, y cuidar de sí mismos sin ayuda", señala Eric
Dishman, gerente de investigación de la división de I+D de la empresa Intel.
Sin embargo, "todavía faltan entre 20 y 30 años" para que exista un
dispositivo de IA perfeccionado y de tiempo completo que pueda reemplazar a las
personas en el cuidado del paciente geriátrico", en palabras de Henry
Kautz, director del "Proyecto de Cognición Asistida" de la
Universidad de Washington, cuyo objetivo es monitorear los hogares a través de
complejas redes de detectores de movimientos y placas de identificación que
emiten señales infrarrojas.
A pesar de las ventajas que ofrece la IA, hay quien está en
contra de dotar de tanta "inteligencia" a las máquinas. El conocido
físico S tephen Hawking ha
advertido sobre la urgente necesidad de
mejorar genéticamente la
especie humana y evitar que las computadoras dominen el mundo. "A
diferencia de nuestro intelecto", afirma el físico, "los
ordenadores duplican su
capacidad cada 18 meses
y po r ello existe el peligro real de que
puedan crear una inteligencia propia y
asuman el control". Otra de sus su gerencias es estimular el desarrollo
de tecnologías que permitan la comunicación directa entre
ordenadores y humanos, para que así las máquinas contribuyan a la humanidad en
vez de rebelarse contra ella.
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